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miércoles, 9 de mayo de 2018

ADAPTANDO INSTRUCCIONES Y ENUNCIADOS

El aprendizaje de la lectoescritura
Para afianzar el proceso de lectoescritura debemos practicarla en contextos lo más funcionales posibles, cercanos a la vida cotidiana del alumno o alumna y dentro de los usos habituales de la comunidad a la que pertenece. A continuación se enumeran una serie de actividades que se pueden realizar cotidianamente. Aunque inicialmente pueda parecer que nos vamos a demorar mucho en llevarlas a cabo, el esfuerzo por integrarlas dentro de la rutina escolar y recomendárselas a la familia merece la pena. Son mucho más efectivas que las tradicionales rutinas de caligrafía y copia porque éstas carecen de funcionalidad, y por tanto, de significado, lo que conduce a la ausencia de aprendizaje en una persona con TEA.
  • Llamar la atención acerca del nombre de las marcas de los alimentos preferidos, al tomarlos (refrescos, yogures…).
  • Llamar la atención sobre el nombre escrito de los personajes preferidos de dibujos animados.
  • Aunque no sepa escribir correctamente aún, ayudar a poner el nombre en todo momento en que sea necesario (en el material escolar, si hay que rellenar algún formulario, el carnet de la biblioteca, en un sobre que va del colegio a casa o viceversa)
  • Confeccionar la lista de la compra.
  • Leer una receta de cocina para «dar instrucciones» al adulto, a una hermana, a un compañero…
  • Confeccionar invitaciones para eventos: cumpleaños, fiestas de carnaval, meriendas sorpresa…
  • Enviar cartas y postales de felicitación.
  • Escribir mensajes a través del teléfono o el Tablet.
  • Buscar información en internet acerca de temas de interés.
  • Escribir notas de recordatorio para la familia, compañeros y compañeras u otros maestros y maestras del centro escolar.
Lectura Globalizada
Se trata de un método que proporciona aprendizaje funcional de la lectura a través de la asociación de imágenes. Está basado en el emparejamiento, tratando las palabras como imágenes globales y presentando una asociación directa entre foto/dibujo = palabra.
Para las personas con TEA la idoneidad de su utilización está en la espontaneidad con la que ocurre como proceso y a que se desarrolla vinculada al objeto en el contexto de uso (a los intereses). Además, se puede trabajar con personas que no han adquirido lenguaje oral, ya que éste no es un requisito para este método.
Para conocer el método en detalle, accede a “Cómo trabajar la Lectura Globalizada” en la web de la Asociación Alanda.
Para conocer metodología de cómo avanzar en gradiente de dificultad y comenzar a leer frases, te recomendamos El Tren de Palabras.
Hay alumnos y alumnas con TEA que manifiestan un extremo interés en los textos escritos y comienzan a leer muy tempranamente. A pesar de esta habilidad, hay que trabajar habilidades de comprensión lectora porque tienden a leer de manera automática, sin captar el significado de la lectura. Hay otros alumnos y alumnas con TEA para los que el proceso lector resulta lento. Para facilitar la lectura de los primeros textos narrados es preferible utilizar cuentos de su interés, que atrapen su atención y les compense el esfuerzo. Al leer acompañados de una persona adulta, se pueden utilizar distintas estrategias para animarles a continuar, como es ir tomando turnos de lectura, especialmente si el chico está cansado o vemos que se «atasca». La idea es que en esta situación de lectura compartida tenemos que transmitir un modelo de placer por la lectura, de descubrimiento de una historia interesante y divertida, y no convertirlo en un momento tenso de «a ver como lees, que yo te corrijo».
Para garantizar que el proceso lector se construye de forma armoniosa, es necesario trabajar la comprensión lectora también de manera funcional: en un contexto lúdico y divertido. Te recomendamos realizar ejercicios como los que se muestran en “Lectura de Colores”  y “Comprensión lectora de oraciones” .

Orientaciones para adaptar textos (lectura fácil)
La Lectura Fácil es una metodología que facilita la accesibilidad a todo tipo de textos (legislativos, narrativos, etc) de aquellas personas que puedan tener dificultades de comprensión lectora. La IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions) publicó en 1997 unas directrices internacionales que definen las pautas básicas que deben guiar la elaboración de textos de lectura fácil en cuanto a forma y contenido.
Más allá de las normas oficiales de Lectura fácil, a la hora de seleccionar el texto y las imágenes de los materiales que se usen para trabajar la lectoescritura con alumnos y alumnas con TEA (así como otros textos que se muestren para los alumnos en los diferentes entornos del centro) es imprescindible tener en cuenta:
  • Usar un lenguaje sencillo y directo, con vocabulario de uso habitual
  • Evitar los conceptos abstractos
  • Utilizar oraciones cortas e informativas
  • Incluir una sola idea principal en cada oración
  • Emplear la voz activa frente a la pasiva, y evitar las frases condicionales y el subjuntivo
  • Elegir signos de puntuación sencillos
  • Uso de minúsculas, más legibles que las mayúsculas, preferentemente negras sobre fondo blanco y de tamaño moderado (demasiado grande o demasiado pequeña dificultan igualmente la lectura).
  • Texto dividido en capítulos relativamente cortos, y éstos en párrafos, para permitir pausas frecuentes.
  • El fin de página debería coincidir con el fin de un párrafo
  • En los primeros cuentos narrados, las imágenes que acompañen al texto deben representar lo que expresa.
Escritura
Uno de los aspectos más destacados a tener en cuenta dentro del aprendizaje de la escritura es que una cosa es aprender a escribir una palabra (evocar sonidos de las letras y componerlas para formar una unidad semántica, una palabra) y otra es el grafismo (incorporar patrones motores que nos llevan a elaborar las letras). Aunque estamos habituados a no disociar estos dos componentes, en nuestra opinión es necesario disociarlos cuando abordamos el aprendizaje de la escritura en el alumnado con TEA, debido a que habitualmente presentan dificultades de coordinación motriz y programación de actos motores. El teclado del ordenador ha pasado a ser hoy en día el principal instrumento de escritura usado en todo el mundo, sustituyendo al tradicional arte de la caligrafía por la mecanografía (puedes ver ejemplos de ejercicios de escritura para trabajar en el ordenador). Sin embargo, la enseñanza de la escritura manual sigue siendo fundamental.
Los primeros pasos para la escritura los podemos dar desde la primera infancia, enseñándoles a escribir su nombre en mayúsculas utilizando moldeamiento, cada vez que realice una ficha o un trabajo. A medida que el alumno va interiorizando el trazo de las letras, podemos ir escribiendo con él o ella los nombres de las cosas que hayamos dibujado: casa, sol….
Es posible que un alumno o alumna con TEA tenga graves dificultades para acceder al lenguaje escrito de letras minúsculas ligadas. Desde sus primeros pasos hacia la escritura enlazada, ayúdale con moldeamiento para ligar adecuadamente las letras y realizar los giros en la dirección correcta, promoviendo aprendizaje sin error.
El uso de gestos de apoyo para los fonemas constituye un puente entre lo visual y lo auditivo y facilitan al alumno o alumna el recuerdo de lo auditivo a través de claves visuales. Hay alumnos o alumnas que necesitan estos gestos para aprender a leer con fluidez y evocar correctamente los sonidos al pronunciarlos, pero los hemos incluido en el apartado de escritura porque en nuestra opinión, son especialmente útiles para iniciarse en pequeños dictados de palabras, de manera que el profesor dicta lentamente la palabra acompañándola lentamente de los gestos que representan a cada fonema, o bien a aquellos que queramos resaltar.
Texto recogido de  Formación en Red del INTEF
En el siguiente enlace presento dos actividades adaptadas:

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